30 de noviembre de 2008

Esta noche

Voy borracho, eso es innegable, pero a la vez excitante, la oportunidad de soltar las amarras de mi propio barco, de dejar que las palabras vuelen fuera de su escondite.

Cinco cubatas son suficientes para que entre una amiga y tu resplandezca algo que no se busca, pero que se encuentra entre los pozos del subconsciente.
Freud pensaba que el sexo era el motor de la vida. ¿Es cierto?
Prefiero pensar como Jung. Prefiero pensar que es algo más que simple sexo. Quiero creer que es una sombra pasajera que nos ha ofuscado, un algo que pasará pronto.
Sin embargo ha sido divertido. Jamás pasará de aquí, pero esa tensión fue en parte divertida.
No ha pasado nada, pero todo ha existido en nuestra mente. La posibilidad.

Cambiando de tema, no recordaba que se pudiera ligar en un lavabo, he de salir más.
Y tú, sirvienta de copas y refrescos, deja de sonreir falsamente, que se te estropea la cara, y tu alma lo paga con creces...

28 de noviembre de 2008

II

Mentira podrida
Paz y sosiego
Dulces sueños
Buenos días
En te quiero
Café solo
Cama para dos
Alta cuna
Nobles sentimientos
Verde hierba
Azul cielo
Música celestial
Realidad palpable
Ese y aquél
Barco de papel
Hoja de loto
Todo lo hermoso
Bonito atardecer
Amargo ser
Ves que no es
Será que no era
Erase una vez

24 de noviembre de 2008

I

Llámame único, o icono mítico,
¿cómo volar sin fin en el firmamento,
sin definir tan vacío fundamento?
Navegante que persigues olas,
aquí no hay mareas ni gaviotas.
Encuentros críticos, elásticos y místicos
son entre almas errantes
que se placen al contemplarse,
de saberse semejantes.
Más aquí no hayaste el tema que buscaste,
una fábula, un cuento o una hada
pequeños seres son quienes creen que la luz es Sol
olvidaron quién reina entre las sombras
ver para creer es querer tener fe en lo que no se ve,
pero saber que todo es aunque no lo conoces,
es despreciar escalones y caminar llanas las montañas,
sin metas sin fines en quienes esas inquietudes arremetan sin compasiones.
No existe objetivo sobre el que volcar nuestras emociones
nuestras sensaciones miradas y sueños son
y cariciosos los pasos colorados de nuestras almas.
Sentirme a tu lado es pensar en estar a tu lado
volverme libre es querer sentirte sin lazos atado
adoro sin embargos tus vocablos de diablo
porque siento que andar no era hablar con me arrepiento
sinó con desafío, tonto y atento sujeto.

23 de noviembre de 2008

Eso es


Ya tocaba. Echaba de menos las noches sin dormir. Sentarme delante del ordenador y meditar. No pensar en nada, dejar que las ideas fluyan a ti. A veces pienso que el zen es pura mierda, pero otras veces me descubro escuchando el silencio por más de media hora. ¿Existe el silencio? ¿Existe el presente? ¿Porqué pensar en estas cosas? ¿Para qué?
Sigo sentado, y sólo me quedan pensamientos por devorar. Lamentarse por algo que no tienes es inútil, no te lo devolverá. Del mismo modo para las cosas que deseas. Espera. No. Desear las cosas nos puede hacer llegar a ellas y eso puede ser aún más peligroso. Miedo a triunfar, como dijo el poeta de la calle. Pero hablo de triunfar en las metas personales. Sé perfectamente que me haré rico y famoso cuando escriba mi libro, pero no tengo prisa, todavía soy joven y dichoso.
Sigo sentado y sigue siendo de noche y me resisto a irme a dormir sin hacer nada útil. El dia de hoy lo he dedicado al ocio, y eso está muy bien, pero hacer las cosas que te gustan no siempre llenan.
La cuestión es, ¿de que quiero llenarme?
Quizá quiero vaciarme. Cuando volvía de Barcelona por Vallvidrera me iba durmiendo en la moto, y pensaba que la muerte podría arrebatarme de aquí muy dulcemente, casi sin hacer mucho ruido ni siniestro, simplemente dejándome tirado en una cuneta, pero de forma que mi moto se quedara conmigo y no obstruyera la vía.
De hecho, sería un gran detalle por parte de la Muerte sacar unos triángulos y señalizar el accidente.
La risa. Hoy lo pensaba cuando recordaba El Cielo sobre Berlín, de Wim Wenders. ¿Acaso no es la risa una de las principales causas que deberían envidiar los ángeles de los humanos?
Ángeles...he encontrado a uno, pero se parece demasiado a mí, ¿que debería hacer?
Me gusta sufrir. Luego podré reirme de mi mismo. A carcajada limpia, moviendo la mandíbula arriba y abajo, como la Muerte.