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4 de mayo de 2010

Orbital



"Paul y Phil Hartnoll anunciaban lo que hasta entonces era tan solo un rumor: Orbital vuelven a la carga. Veinte años después de "Chime", el tema que les lanzó al estrellato, el dúo más célebre de la escena dance británica regresa a los escenarios para mantener viva la llama de la leyenda. Precursores de los shows audiovisuales y pioneros en la mezcla de mil y una influencias para crear su inconfundible sonido –melódico, accesible y aderezado con proclamas políticas– los hermanos Hartnoll saben cómo darle la vuelta a todos los clichés para sorprender y entretener como nadie. Uno de los clásicos indiscutibles de la electrónica"

Una buena forma de introducir a los reyes del festival inglés de Glastonbury. Los hermanos Hartnoll. Antecesores de Prodigy y Chemical Brothers. ¿Canciones? The Box o Illuminate, por poner dos ejemplos. Luego está Beached, con el que contribuyeron a la banda sonora de "The Beach" (esa odiada y bien farfullada película en la que aparecía un Leonardo di Caprio mucho peor de lo que se esparaba). También contribuyeron en la banda sonora de la película "El Santo", y poco después reinterpretaron la canción de inicio de "Doctor Who" con tanto éxito que la incluyeron en sus conciertos.

Puestos a hacer recomendaciones, el Blue Album gustará a los enamorados de la electrónica UK que no los conozcan, a los necesitados de algo más que coger un disco y remezclarlo. Pero si por lo contrario os resultara demasiado arcaico, y veis que es ya demasiado tarde como para oir esto a estas alturas de la vida, todavía podemos tirar del álbum en solitario de Paul Hartnoll y soltaros una perla que va dirigida a la gente de Massive Attack, Morcheeba, Nitin Sawhney, Moby, Boards of Canada, Air, Peace Orchestra, Lamb y demás. Aquí abajo lo teneis, modernitos.

1 de junio de 2009

Mi defecto número 1

Mi defecto número uno es que hago bailar a la gente a mi son, hago y deshago planes, quedo con 3 personas distintas la misma tarde y llego impuntual siempre. Eso demuestra falta de compromiso, de respeto y un gran egoismo por mi parte. Quien mucho abarca poco coge---> tan cierto como que mañana será martes (y muy aplicable a mi también)
Quizá me cuesta aceptar lo corta que es la vida, la cantidad de cosas y personas que podemos descubrir y disfrutar, y lo breves que resultan los momentos de felicidad absoluta. Es como un buscar algo sin acabar de encontrarlo, es como una enfermedad crónica, puesto que siempre, siempre me acaba sucediendo lo mismo, sea en época de vacaciones o yendo de culo en el curro y en los estudios.
Pero no me gusta decepcionar a las personas, y menos aún las que me rodean, así que debo adaptar ya este defecto a mi vida diaria, hacerlo compatible. ¿Hacerlo desaparecer? Debo hacerlo. ¿Puedo? Si, puedo. Poco a poco lo voy haciendo. Está claro que no cambiaré del día a la mañana, así que, poco a poco, señor.
Creo que el truco, y cada vez creo más en ello, es en hacer un plan para cada día, e intentar disfrutar de los momentos, dejar de marcarme tantas metas y dejar de ser tan exigente. Supongo que ser feliz tamnbién comporta ese algo de sencillez que tanto me falta.
Vaya mierda de entrada.

11 de mayo de 2009

¿Porqué no escribes de una vez?

Queda un mes, o quizá menos, pero lo que esta claro es que no quiero escribir mierdas como la siguiente, que he encontrado por internet y que vale perfectamente para describir la ANTI-literatura que tanto aborrezco, uno de los motivos que también me hacen querer escribir de una forma nueva o poco usual:

"Cuando el camarero vino a tomar la comanda seguía yo ajena a propios y a extraños cegada por esa luz que, cual canto de sirena, como los ojos élficos me llamaba. Recuerdo que vagamente mi marido que estaba junto a mí, me dio en el brazo.
"Estamos esperando que pidas"... Yo bajé de mi limbo y con una sonrisa un tanto ausente pedí:
"quiero de eso, de esa botella".
El siguió mi mirada y comprendió que la magia, una vez más, se había producido.
"Tienes buen gusto" me dijo, es la mejor ginebra del mundo.
Orgullosa de mi acierto, rápidamente decidí que el mejor matrimonio de la ginebra es la tónica.
"Vale, un gintonic pues."

Como podeis comprobar, las frases "cegado por una luz", "un tanto ausente", "orgullosa de mi acierto" las habeis escuchado y leido miles de veces, y yo pienso: ¿Para qué iba alguien a leerse un libro del cúal sabe perfectamente que su estructura, su lenguaje, su literatura, en definitiva, es calcada a la de sus hernanos de editorial?
No hablo de los mitos de la literatura, por supuesto, no me atrevo siquiera a criticarlos, pobre oh de mi! Los respeto, y los adoro.
No he dejado claro, o no he dicho más bien, que lo que estoy criticando es la literatura de best-seller. Palomitas y refresco en hojas de papel, crónica rosa literaria, mierda pura y nauseabunda. ¿Para que quemar tantos árboles? ¿Para qué? El maldito Angeles y Demonios de Dan Brown, el autor del Código da Vinci de marras, no tiene una sola frase salvable. ¡No hay nada que podamos subrallar y quedarnos para el recuerdo!
Recuerdos...¡eso son historias de verdad! Fantasía...¡historias que querríamos que fueran ciertas y las creamos y desarrollamos en nuestra mente! Dejad en paz a las catedrales, a los santos, al arte y a la història y escribid sobre vuestros vecinos, infumables escritores de pacotilla! ¿Ahora cualquiera puede escribir? ¿Cualquiera lo merece? ¡No si lo que hace no es transgresor, no emociona ni hace reir, no nos excita como el sexo o no nos hace llorar! ¡Eso es literatura, joder! El resto...¡mierda!
Este escrito de hoy es una especie de manifiesto. Manifiesto que queda un mes, o quizá menos para que empiece a escribir, y que he decidido no defraudar a nadie, al contrario ¡Sorprenderlos! ¡Asustarlos! ¡Llevarlos donde yo quiera! Un escritor no puede estar muy lejos de aquel cuentacuentos primitivo que explicaba historias a sus semejantes a la luz de una hoguera, cuando nuestros ancestros iban con taparrabos y cazábamos mamuts. ¡Escribir es relatar, y un buen relato debe conmover!