18 de mayo de 2009

Cállate la boca, LeFer

-Soy el perro de la musa, quítame el bozal y pregunta.
-¿Eres poeta?¿Y qué te piensas?
-No pienso, más siento todo momento como inhalado incienso,
humo de sincero puro deseo que toso en expreso,
pues vierto sobre el viento sentimientos sin tomar aliento.
-¡Calla!¡Ponte el bozal una vez más!¿Eres poeta?¿Asientes?¿Y tu libreta?
No respondes, más ahora infundes miedo con tu loco rostro.
¡Bobo!
¡Soy yo tu dueño, acá está la correa!¡Hoy yo risueño, tu me obedezcas!
¡Habla de nuevo, se te acaba el tiempo!
-Mi lírica no se halla en rimas escritas,
vuela en los aledaños del tiempo, dejada caer por doquier,
donde cualquier puede ver que no hay años en silencio.
-¡Mientes!
-Así no es.
-¿Quién te crees que eres?
-Soy cielo oscuro en el atardecer
estrella titilante que resplandece.
Ola que arremete contra el peñasco.
Sombra viva y bailante que se crece.
Tenue brisa que acompaña los suspiros.
Perdedor de mil batallas. Orgulloso vencido.
-¡Basta!¡He tenido suficiente, y ahora soy impaciente de verte en tu muerte!
-¿Morir yo? Mi brío literal aquí no acontece, ¿como quieras que me pierde?
llamaré papel a la base sobre la que hablo con mi pluma
y llamaré musa a la diosa que alumbra mi penumbra.
Entonces, eso que escondes en dobles temores,
Saltará cual gato en pos de atrapo
O de raton huidizo entre cobertizo
Pero sin duda tu perjura se hallará segura,
Pues estas palabras seguiran escritas
Más allá de tu muerte o mi vida

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bieeeeeeeeeeeeeeeen tío, bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeen!!!!!!!!


Fdo. el que cerrará la boca